Lise Kingo. CEO y directora ejecutiva de UN Global Compact

Mientras el mundo se despierta a la amenaza global de la pandemia COVID-19, el Secretario General de la ONU António Guterres ha declarado la guerra a este virus. Su mensaje es claro: como familia humana, estamos juntos en esto y lo superaremos juntos. La propagación del virus alcanzará su punto máximo y nuestras economías se recuperarán.

Mientras tanto, debemos actuar juntos para frenar su propagación y cuidarnos mutuamente, sobre todo a los que corren más riesgo: las personas mayores, los enfermos, los desfavorecidos y los excluidos. Además, debemos prestar mucha atención al impacto económico sobre los más vulnerables ante los impactos económicos: las pequeñas empresas, los trabajadores de la cadena de suministro y las mujeres, quienes a menudo soportan una carga desproporcionada como cuidadoras.

Ante el riesgo real y creciente de una recesión mundial, los mercados financieros se están hundiendo y el Secretario General de las Naciones Unidas nos ha instado a mantener la calma y la serenidad, afirmando que «éste es un momento para la prudencia, no para el pánico. La ciencia, no el estigma. Hechos, no miedo».

Como comunidad empresarial mundial, dejémonos guiar por este mensaje de determinación, solidaridad y prudencia en las semanas y meses venideros. Aprovechemos el poder de los Diez Principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y mantengámonos unidos y enfrentemos la pandemia del COVID-19.

Un llamamiento especial del Pacto Mundial de las Naciones Unidas para permanecer unidos

Hoy, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas hace un llamamiento especial para dar una respuesta corporativa a la pandemia. Para que todas las empresas tomen medidas colectivas para frenar el brote de COVID-19 y se mantengan unidas para facilitar la continuidad de los negocios con el fin de una rápida recuperación.

A medida que el virus sigue propagándose por todo el mundo, debemos respaldar el esfuerzo mundial realizado por la Organización Mundial de la Salud, los gobiernos y las autoridades sanitarias para prevenir, detectar y gestionar la pandemia, de manera práctica, financiera y mediante el suministro estable de provisiones asequibles de productos, servicios y utilidades esenciales para la vida.

Como mínimo, debemos asegurarnos de que los trabajadores y trabajadoras tengan acceso a un entorno de trabajo seguro, tomando todas las precauciones necesarias para limitar la exposición al virus, cuidando también de las plantillas de la cadena de suministro mundial, que a menudo viven y trabajan en lugares cerrados sin acceso a instalaciones sanitarias. Debemos unirnos bajo el espíritu de la solidaridad y tomar medidas para proteger a los empleados y empleadas de la cadena de suministro de los costes catastróficos que puede suponer para la salud, las bajas no retribuidas, el desempleo y la recesión económica a largo plazo.

La rápida recuperación depende de la continuidad de las actividades

En una economía mundial conectada, ya estamos viendo cómo se interrumpen el comercio y las cadenas de suministro, amenazando la estabilidad financiera de las empresas y las economías. Los economistas de la ONU estimaron recientemente que el virus COVID-19 podría costar a la economía mundial más de un billón de dólares americanos.

Nuestras economías se recuperarán más rápidamente si proporcionamos apoyo para la continuidad de las empresas. Pero requerirá que nos ayudemos mutuamente. Incluso frente a la recesión, las empresas deben encontrar la manera de cumplir los contratos actuales, permitiendo flexibilidad en la entrega y las cuotas. Junto con el sector financiero y los responsables de las políticas, debemos encontrar la manera de poner a disposición líneas de crédito especiales y flexibilizar los reembolsos.

Debemos pensar de manera innovadora para crear nuevos instrumentos financieros combinados para financiar empresas comerciales que apoyen las actividades críticas de prevención y mitigación que requiere la pandemia. Nuestras acciones definirán la confianza, la reputación y la legitimidad de las partes interesadas mientras capeamos esta tormenta.

Al comenzar la Década para la Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el COVID-19 es un auténtico reto. Si podemos unirnos solidariamente para cambiar el rumbo de esta pandemia, seguramente también tenemos lo que se necesita para lograr el Agenda 2030 y crear el mundo que queremos.